Jueves, 16 de mayo 2024 - Diario digital del Perú

Querían un levantamiento contra Castillo pero solo consiguieron saqueo y pitucos confundidos

Actualizado: 6 abril, 2022

J. Carlos Flores Vargas

Querían un levantamiento contra Castillo pero solo consiguieron saqueo y pitucos confundidos
FOTO: Alfonso Silva Satisteban – EL FOCO

Hace unos días, luego del naufragio de la moción de vacancia, el periodista empresarial y «analista político», Oscar Díaz dijo que «en los próximos meses la gente sentirá la pegada del decrecimiento económico, lo cual los llevaría a tomar la calle y exigir la salida de Castillo».

Sus palabras fueron reproducidas por la otra periodista empresarial Rosa María Palacios quien, desde su tribuna criticó las maniobras de los golpistas subrayando que sin ganarse a la calle era imposible sacar a Castillo del Poder.

Todo indica que sus palabras fueron recogidas para el nuevo intento que consistía en crear el escenario de un derrocamiento presidencial, el mismo que construyeron para Merino con marchas, indignación, enfrentamiento con policías, llantas quemadas, vidrios rotos y paralización económica a lo que agregaron los ingredientes propios de esta coyuntura: inflación y crisis económica.

El audio filtrado de la congresista fujimorista Martha Moyano, prácticamente resume la intención y el curso de acción de los vacadores: «Nosotros en el congreso, ustedes en la calle, los juristas en las zonas del poder judicial y acusación constitucional, los periodistas en su espacio».

Para complementar ella, meses atrás, en una reunión con gremios de transportistas, les dijo: «Imagínense q con todos sus buses… se paren en los peajes y simplemente no pasen. Y se genera todo un caos vehicular, esa sería una protesta grandísima. Lo hago como propuesta, ojalá q lo puedan tomar»

Los gremios de transportistas tiene claros nexos con la llamada «Cofradía de Pisco», grupo de empresarios que juntaban dinero para financiar un paro de este poderoso gremio capaz de poner en jaque la economía peruana durante largo tiempo.

El plan era el siguiente: como núcleo se tenía a algunos gremios de transportistas ( no todos), a esto se sumaron gente pagada y contratada especialmente para incitar la violencia en las calles; los congresistas fujimoristas haciendo eco y los medios de comunicación dando cobertura por primera vez en muchos años a una movilización.

El plan hacía agua por todos los lados. Clara señal de esto se dio en algunos enlaces de América Televisión transmitidos en programas de espectáculos.

FOTO: Alfonso Silva Satisteban – EL FOCO

Personajes como Magaly Medina o Janet Barbosa «recordaron» que existe una realidad social y enviaron a reporteros que al entrevistar se encontraron con gente que decía «dejen trabajar a Castillo, ese pobre hombre… los congresistas solo quieren vacar y vacar»

Otra señora dijo: «estamos aquí por culpa de la constitución del 93(…) los grandes empresarios están amarrados… « y las maquilladas conductoras de lo programas de mediodía se apresuraron a interrumpir a quienes se expresaban de esa manera.

El toque de queda decretado por Castillo parecía una exageración pero, está claro que, tenía información sobre el planificado saqueo y destrozo de infraestructura pero no supo comunicarlo de manera efectiva durante su mensaje a la nación de medianoche.

Durante su visita al congreso, aprovechó para jalar agua para su molino recordando que existen muchas iniciativas legislativas presentadas por el ejecutivo que fueron encarpetados en el congreso.

Volviendo al plan golpista, se supone que con todo lo hecho, durante el día de ayer, la población debía contagiarse y salir a las calles, pero esto no fue así.

En redes sociales, varios ciudadanos advirtieron que, entre los marchantes, se distinguían venezolanos y gente de mal vivir.

En los barrios residenciales, los adinerados simularon un cacerolazo de ollas caras y luego, una marcha de personas acostumbradas a movilizarse en autos. «Los ricos también lloran», «Pobladores de Miraflores, San Isidro están de hambre» escribieron en redes sociales.

En hora de la noche, se rebeló que se contrataron 300 delincuentes para saqueos, generar incendios y otros, cosa que se dio en horas de la noche pero, a esas altura, más que repudio contra Castillo, creció el rechazo a los actos delincuenciales.

La inmovilización y el toque de queda, parecían justificados luego de que algunos ladrones le robaron el celular a un periodista y golpearon a otros.

Todo lo sucedido revela la existencia de una facción de la élite profundamente ignorante de la realidad peruana que se reduce a la frase: «renuncia serrano de mierda»; sin embargo, no se debe olvidar que grandes sectores del Estado están aún capturados por grupos de poder empresarial.

Claro ejemplo es el sector minero cuyos intereses no fueron tocados en lo absoluto y mantienen a un aliado clave desde el inicio: Julio Velarde y, recientemente, colocaron como ministro de economía a Oscar Graham quien dijo en una entrevista que no piensa cobrar un solo sol más de impuestos a la gran minería. No hay triunfos ni derrotas absolutas solo desgaste a largo plazo.


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