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¿Porque recortar las vacaciones escolares?

Actualizado: 20 julio, 2020

Jorge Luis Choque

Recientemente el Ministerio de Educación ha publicado la Resolución ViceministerialN° 133-2020-MINEDU, documento normativo que aprueba las “Orientaciones para el desarrollo del Año Escolar 2020” en reemplazo de la derogada Resolución Viceministerial N° 220-2019MINEDU. Dicha norma ha establecido en la calendarización que el año escolar concluye el 22 de diciembre, con la posibilidad de extender por situaciones debidamente justificadas; asimismo, ha establecido que las vacaciones de los estudiantes de las II.EE. públicas se programan del 27 de julio al 31 de julio, debiendo reiniciar labores escolares el 3 de agosto y coloca el énfasis “las vacaciones son exclusivas de los estudiantes”.

Cuando se discuten y aprueban normas en el escritorio, ignorando la realidad, al final terminan modificándose una y otra vez. Lamentablemente, esa práctica ya resulta frecuente en el Ministerio de Educación, tal como se aprecia al ver la cantidad de modificatorias que tiene el Reglamento de la Ley de Reforma Magisterial, así como las llamadas normas técnicas. No existe una norma que no haya sufrido modificaciones y no es que no sean necesarias, pero en el sector educación ya parece una enfermedad.

A propósito de las vacaciones. Nadie niega que las dificultades de concentración, desmotivación y cansancio por nombrar algunos síntomas que experimentan los alumnos especialmente al final de algún periodo de estudios. En ese sentido, el sistema escolar en los diferentes países del mundo,  ha previsto el periodo vacacional  como una necesidad para garantizar la recarga de energía y motivación necesarias y así aumentar el rendimiento escolar.

Así como son necesarias para los alumnos, también lo son para los docentes o para para cualquier trabajador. Nadie puede negar que, el descanso sea una necesidad biológica y mental imprescindible después de largas jornadas de trabajo. El cuerpo necesita desconectarse de la rutina y tomar un relajo que no es recomendable postergar o cambiar por incentivos económicos. El trabajador necesita vivenciar este período de transición como el fin de un período y el comienzo de otro para nuevos desafíos y proyectos.

Diversos estudios sostienen que el período de vacaciones, afecta positivamente el rendimiento de los trabajadores. Es decir, que mientras más satisfecho se sientan, su disposición para el trabajo será positiva, mayor compromiso tendrá con la institución, y su productividad aumentará en beneficio de ambas partes. En ese sentido, las vacaciones no sólo favorecen al trabajador sino que también a la entidad donde pertenece.

La pandemia del COVID-19 ha causado un fuerte impacto psicológico en la comunidad educativa y la sociedad en general. El haber optado por el servicio educativo no presencial, ha obligado a todos los actores  a desarrollar formas nuevas de enseñar y aprender; Aprender a enseñar en la virtualidad a los  docentes y aprender a aprender en este nuevo escenario a los estudiantes; ambos en un contexto de información permanente sobre los infectados y fallecidos por el Covid-19. Con el transcurrir de los días ya no son cifras, ni imágenes de otros lugares con personas desconocidas, ahora son hechos tangibles que afecta  a vecinos, conocidos, compañeros y familiares; y, los consiguientes traumas que ello genera. Esa es la realidad de hoy, donde los docentes y alumnos desarrollan el trabajo educativo.

Estos  acontecimientos, como la pérdida de seres queridos, del trabajo y la privación de los métodos de aprendizaje presencial vienen generado estrés, presión y ansiedad, especialmente entre los docentes, el alumnado y sus familias, asegura la UNESCO en su informe Promoción del bienestar socioemocional de los niños y los jóvenes durante las crisis (2020).

Toda esta situación, conlleva fuertes respuestas emocionales negativas, como pánico, estrés ansiedad, rabia y miedo. Como respuesta a esta situación el Ministerio de Educación, ha impuesto la estrategia “aprendo en casa”, con énfasis en el aprendizaje de conocimientos, descuidando la necesidad de desarrollar habilidades de aprendizaje socioemocional, para enfrentar la difícil situación, que ayudaría a que las situaciones estresantes se aborden con calma y con respuestas emocionales equilibradas.  Según la UNESCO, estas competencias permiten fortalecer el pensamiento crítico para tomar decisiones mejor informadas en la vida.

Si no se atiende al desarrollo socioemocional de forma apropiada, lo más probable es que haya un incremento de ansiedad, estrés, depresión, angustia, paranoia, consumo de sustancias, violencia, impulsos descontrolados, etc.  Expertos en educación emocional sostienen que las situaciones de miedo y estrés tienen un impacto negativo en la salud y la habilidad para aprender de los estudiantes.

Esta situación al parecer no ha sido merituada por la norma en referencia,  el trabajo socioemocional está ausente en el currículo. Mucho menos se desarrollado capacidades para el trabajo socioemocional en los docentes, hasta el momento no han recibido formación en educación socio emocional  de forma sistemática, fundamentada en las investigaciones científicas y suficiente en cantidad (tiempo) y calidad. Los profesores que han logrado tener formación sobre el particular, lo ha hecho por su cuenta propia, dedicándole tiempo, esfuerzo y recursos personales.

Por todo lo comentado, ¿es pertinente reducir el periodo vacacional de los estudiantes? ¿La situación emocional de los alumnos está en mejores condiciones que el servicio presencial y por eso se ha reducido el periodo vacacional de medio año? ¿Qué se pretende?

El periodo vacacional de medio año NO debería ser menor al tiempo que se otorgaba en situaciones “normales”.

Ese periodo de tiempo podría ser una valiosa oportunidad para capacitar a los docentes y potenciar  educación emocional y revertir situaciones que más adelante pueden ser lamentables.


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