Pago a minas con vidas humanas y otros sacrificios en la actualidad
La tradición de “pagar” con vidas los favores de la tierra está fuertemente arraigada en la cultura andina al punto de que, incluso en la construcción de casas familiares se sacrifica una oveja y se la entierra.
Si así es en una humilde vivienda, en grandes emprendimientos y, muy especialmente, cuando se trata de actividades peligrosas como el narcotráfico o el contrabando, se dice que la tierra pide algo de más valor.
Esto parece más certero en una actividad tan incierta como la minería donde, es la tierra que da directamente la riqueza y el hombre está sujeto a su generosidad.
¿Mito o realidad?
El último caso probable se descubrió en un paraje desierto en las alturas de Puno llamado El Abra de Oquepuño a 4 mil 872 metros sobre el nivel del mar.
Las crónicas periodísticas describen que, en el interior de la antigua capilla, entre velas, hojas de coca, botellas de vino y otros objetos, encontraron el cuerpo de la bella y joven madre Yeni Málaga Choquehuanca.
A pesar del escenario nada descarta que se trate de un asesinato cuyos autores trata de encubrir sus huellas. De hecho, días después del asesinato, los efectivos policiales informaron que un varón de 22 años confesó ser el autor del crimen.
La investigación continúa pero, hay abundantes casos de hallazgos y desapariciones sospechosas.
Minas
Los abundantes recursos mineros de Bolivia y no tener mar han hecho de la minería y el contrabando actividades muy deseadas en dicho país.
El Tata Sabaya (traducido al español: Padre Diablo)es un volcán inactivo de Bolivia, muy cerca a la frontera con Chile y cercano a las rutas de contrabandistas a lo que debe su significado mágico.
En el año 2018 una pastora de ovejas halló el cuerpo de un niño recién nacido y colocado como si estuviera en una cama de hojas de coca. Olía a fuerte alcohol y, las rocas del hueco donde fue encontrado formaban una suerte de altar.
El hecho dio la vuelta al mundo y a su raíz se generaron una ola de denuncias y reclamos por varios infanticidios impunes en ese país.
A pesar de lo que parece obvio es importante mencionar que una exámen forense determinó que el niño era prematuro y no habría sido asesinado.
Empezando mayo del año 2019 un infante de síndrome de Down fue encontrado deambulando en un socavón del mismo cerro. Tuvo suerte pues la fiscalía determinó que estaba destinado a un frustrado sacrificio.
Se dice que quien quiera entrar a grupos de contrabandistas o mineros deben sacrificar un ser humano para garantizar su lealtad y demostrar que está dispuesto a todo.
Los descuartizadores de Carabaya
En el año 2015, en la zona minera de Carabaya, los ronderos pasearon a un varón por la Plaza de Armas de la ciudad de Macusani. Se llamaba Jesus Chura y lo obligaron a cargar los restos de su propia esposa a quien él había descuartizado años antes.
La fiscalía se vio forzada a intervenir y, poco después capturaron a Toribio Crecente Huanca Paxio quien fue incluido en el proceso.
Posteriores investigaciones hallaron que estaban implicados en otros asesinatos a mujeres, entre ella la pareja de otro de sus cómplices, Florencio Chura Monrroy, la desafortunada Maruja Peralez Ñaupa.
Ante el juez, en plena investigación que determinó su prisión preventiva, Jesús Chura confesó: “Volvimos después de una semana de enterrarla y partimos el cadáver en dos, entonces nos dimos cuenta que tenía un feto en el vientre, Florencio lo envolvió y lo vendió para el pago a la tierra en una mina”.
A otra de sus víctimas, Nélida Quispe Choquetocro, la violaron para luego quitarle la vida y trasladar el cuerpo a bordo de una motocarga.
El cadáver también habría sido seccionado y luego vendido a 10 gramos de oro y 200 gramos al minero Segundino Huayapa Hancco, según se recogió de sus testimonios. Ellos son sospechosos de la muerte de 11 personas.
Incertidumbre eterna
En el año 2018, se registraron 400 denuncias de desaparición de personas. Gran parte se soluciona a los días pues se trata de adolescentes pretendiendo ser rebeldes o esposos que no estaban muertos, sino de parranda.
Otro tanto se soluciona tras meses y semanas cuando se encuentran a los desaparecidos trabajando en otra ciudad y conviviendo con amores prohibidos.
Una mínima parte acaba con el hallazgo del cadáver. Ahí es donde los sacrificios se confunden con feminicidios, crímenes pasionales, robos y otros que, rara vez se solucionan.