Viernes, 03 de mayo 2024 - Diario digital del Perú

El casete de música: cuando conseguir el tema favorito era una aventura


J. Carlos Flores Vargas

J. Carlos Flores Vargas
08/04/2022

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En el rincón más olvidado de la casa de cuarentón, un casete de música duerme olvidado. Los que hoy disfrutan música de Spotify o YouTube seguramente jugaron con uno de esos cuando eran bebés, de manera que nunca entendieron su enorme valor.

Hoy es casi un símbolo de la gente que tiene más de 35 años. Solo esas generaciones saben lo que fue conseguir un casete.

Es difícil explicar esto a una persona que nació en la era digital, pero antes, conseguir la música favorita implicaba incluso viajar a otro país o entregarlo a un viajero de regreso improbable.

El casete se tenía que conseguir como una zapatilla. Ni en los mejores sueños se podía pensar que, un día en el futuro, cualquier persona, podría oír lo que sea cuando quiera y donde quiera.

Se han hecho «memes» sobre la forma de usarlos: nada de adelantar temas con un botón; nada de bucles o listas de tema. Existía la posibilidad de pulsar el botón de avance rápido bajo el peligro de estropear la cinta del casete.

La música se escuchaba de corrido: tema por tema. De manera que si el disco era bien producido el oyente podía embarcarse en viaje musical.

Varios de los amantes del casete destacan esas características pues el sacrificio para conseguir una producción y los cuidados necesarios para escucharla hacían que uno valore de verdad la música sin caer en el facilismo de pulsar un botón para solo oír los hits.

El terror de los amantes del casete era que, en plena reproducción, la música se distorsione porque la cinta era tragada por el cabezal.

Sacar el casete, extraer cuidadosamente la cinta arrugada y luego volver a colocarla en sus carretes se acercaba a una operación quirúrgica.

Quien recuerde la cinta y la caja, recordará el Walkman y también el lapicero. Para muchos jóvenes del la década de los 80´s la gloria se veía como un par de audífonos conectados a ese reproductor portátil, tan pesado y voluminoso que jamás pasaba inadvertido.

Otro ritual del melómano de la época analógica se repetía cuando se pudo grabar la señal de radio. El botón de «Rec» debía se presionado en el momento preciso y luego había que rezar para que el locutor no arruine la grabación con su voz.

Su historia

Los casetes se producían ya desde el año 1964 pero solo para grabaciones de voz y dictados. La tecnología era pobre y no bastaba para almacenar música de estudio.

En los 70`s mejoró la tecnología y los materiales de mano de los japoneses de la empresa Maxell. Era un medio compacto, pequeño y reutilizable.

Definitivamente la década del casete fue la del 80´s donde su liderazgo era absoluto e indiscutible. Como fue más barato reproducir la música, muchos coinciden en que fue el objeto que ayudó a difundir la música no tan comercial.

En la siguiente década, las ventas disminuyeron poco a poco. Los discos eran mucho más baratos pues, prácticamente eran un pedazo de plástico.

Cuando los reproductores de discos se hicieron más baratos, la muerte del casete estaba definida y así fue en el nuevo siglo donde este entrañable objeto fue olvidado lentamente.

En el año 2019 se reportó un ligero incremento de ventas por fenómenos comerciales como la popularidad de la película Guardianes de la Galaxia cuya banda sonora fue grabada y distribuida en ese formato.

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