Viernes, 17 de mayo 2024 - Diario digital del Perú

Congreso, un voto grave y vital

Actualizado: 30 marzo, 2021

Jorge Romero Rios

El ojo de la gente está en los debates entre los candidatos presidenciales. Los medios de comunicación, las redes sociales y las encuestadoras ponen en vitrina la campaña para la Presidencia de la República. Los titulares de los noticieros y periódicos rebosan de novedades sobre los candidatos, las redes revientan con la difusión de puyas entre estos, las encuestadoras ensayan resultados de segunda vuelta entre duplas de los aspirantes, ni que se diga de los trolls, abocados al límite del desmayo para atacar al contrincante y defender el suyo.

Como suele ocurrir, las elecciones para el congreso pasan a un segundo lugar, aunque sería injusto decir que los medios no se han ocupado de presentar candidatos. Muestra de ello son las profusas secuencias de debates entre representantes de los partidos, donde salvo los números 1, y uno que otro de la lista, el 95% de los postulantes son unos honorables desconocidos, que poco o nada han contribuido en planteamientos para decidir por ellos.

A diferencia de las marquesinas luminosas que rodean las elecciones presidenciales, las elecciones para congresistas son invisibles. Acaso la desastrosa actuación de los últimos congresos se proyecta en el desinterés o el franco rechazo de los ciudadanos.

Al que se suma una oferta mediocre en propuestas, oscuros perfiles de muchos listados y una imagen de los futuros padres y madres de la patria que genera desconfianza. En suma, los pretendientes al congreso son una expresión de la crisis de los partidos, sin cuadros, sin propuestas, sin ideas para asumir las tareas de este poder del estado.

Esta situación de por si comprometida, es terriblemente grave para la estabilidad política en un escenario de crisis sanitaria sin precedentes, con picos diarios mayores a 11 mil contagios, urgencias dramáticas de oxígeno para salvar vidas, más de 50 mil muertes oficiales y más de 120 mil no oficiales. Mientras que la crisis económica no ceja, con un desempleo galopante y tasas de espanto de quiebre de empresas; aunadas a una grave crisis moral e institucional como el caso vacunagate, sin olvidar 30 años de presidentes acusados de corrupción.

Entonces siendo fundamental elegir bien un presidente; tiene igual o más importancia, elegir bien a los representantes al nuevo parlamento. Votar es el primer paso, luego el resultado final pasa por un laberíntico sistema que divide al país en 27 distritos electorales (uno por departamento, Lima región, Callao y peruanos en el exterior) y emplea la cifra repartidora con los partidos que pasan la valla electoral del 5% de votos válidos. Finalmente, determinado el número de congresistas por lista en cada distrito electoral, el voto referencial determinara quienes serán los flamantes integrantes del congreso 2021-2026.

Aplicando este sistema los resultados de las elecciones congresales extraordinarias del 2020 tuvieron resultados que pueden parecer raros. Nueve partidos superaron la valla electoral, Acción Popular logró el primer lugar con 1 518,716 votos válidos (10.26% de los sufragios), obteniendo 25 congresistas. El segundo lugar, fue para Podemos Perú con 1 240,716 votos (8.38%), sin embargo, solo alcanzó 13 congresistas. El tercer lugar, con una diferencia de apenas 632 sufragios, fue para el FREPAP con 1 240,084 votos (8.38% de la votación), conquistando 15 congresistas, es decir 2 parlamentarios más que PP.

Alianza para el Progreso a pesar de lograr el cuarto lugar en número de votos con 1 178,020 (7.96% del total), se elevó con 22 escaños, convirtiéndose en la segunda minoría congresal. Este resultado contrasta con lo obtenido por el Partido Morado con 1 095,491 votos (7.40%), consiguiendo sólo 9 legisladores. Mientras que Fuerza Popular con 1 081 174 (7.31%), alcanzó 15 legisladores, más del doble de legisladores que los morados.

Finalmente, el séptimo lugar en número de votos fue para Unión por el Perú con 1 001,716 votos (6.77%), logrando 13 congresistas; el Frente Amplio con 911,701 votos (6.16%) apenas logró 9 representantes; y Somos Perú con 895,700 votos (6.05%), o sea el noveno lugar en votos, obtuvo mejores resultados con 11 legisladores.

Este arco iris de aparente pluralidad democrática, escondía por ejemplo que 68 de sus miembros se encuentran involucrados en procesos de investigación en el Ministerio Público, con esos pergaminos desestabilizó la gobernabilidad del país, no solo por abusar del proceso de vacancia presidencial, sino porque las componendas, blindajes e intereses de bancadas y parlamentarios se han superpuesto al interés público, erosionando más la imagen de un congreso disminuido ante la ciudadanía.

Se repetirá este cuadro oscuro en estas elecciones, la respuesta parece afirmativa. Aunque es difícil incluso para las encuestadoras predecir cuál será la composición del nuevo congreso, los sondeos indican que será un parlamento fragmentado con muchos partidos, con riesgos latentes como bancadas de baja cohesión orgánica (20% de invitados y 40% de militantes de última hora para completar las listas), débiles liderazgos políticos, y ausencia de agenda política que empujará hacia alianzas oportunistas.

Recordemos que en 5 años el nuevo congreso tiene que legislar para salir de la crisis: salud, economia y seguridad, así como sentar las bases de una reforma política; realizar el control político para reestablecer un sano equilibrio de poderes; y será el gran elector del Contralor General de la República, del Defensor del Pueblo, del Tribunal Constitucional, del Directorio del Banco Central de Reserva, y ratificar al Presidente del Banco Central de Reserva y Superintendente de Banca y Seguros.

Enormes desafíos para dejarlo a cualquier advenedizo. Aunque en las elecciones peruanas nunca se sabe, hay margen para pensar que hay gente honesta, preparada y con valores que pueda ser electa. Para elegir el congreso no hay segunda vuelta, el voto del 11 de abril define, tenemos que votar bien, por el Perú.


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