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La violación, tortura y muerte de Brizz Maylen, una enfermera que aceptó un vino a su verdugo


J. Carlos Flores Vargas

J. Carlos Flores Vargas
12/04/2023

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Brizz Maylen Salcedo Añasco, la enfermera de 32 años, víctima de violación sexual, tortura y graves lesiones falleció la mañana de este 12 de abril luego de ocho días de hospitalización por la graves heridas que le practicaron sus agresores, Dino Álvarez Limahuay (30) y Renato Francisco Quispe Ramos (26).

Ella deja tres niños huérfanos: el mayor de 6, el segundo de 4 y el menor de, apenas ocho meses de nacido y, según informaron los sus familiares, los dos hijos mayores no se han enterado del fallecimiento.

Alquilar un cuarto para trabajar lejos de casa no debería acabar en violación y muerte, sin embargo, esa fue la suerte de Brizz Maylen, una enfermera que fue abandonada por su esposo en marzo del año 2022 cuando estaba embarazada de su tercer hijo.

En diciembre consiguió una plaza para trabajar en el hospital de Essalud de la ciudad de Ayaviri a dos horas de viaje de la ciudad de Juliaca en la región Puno.

Según contaron sus familiares, sus tres hijos, el de seis, el de cuatro y el ocho meses se quedaban con la madre de Brizz en la ciudad de Juliaca.

Brizz procuraba viajar todos los días pero, en ocasiones, por su horario de trabajo, debía quedarse en Ayaviri, por esto alquiló una habitación en la casa perteneciente a Bernardino Tuni.

Habían otros inquilinos, entre ellos un joven reservado llamado Dino Alvarez Limahuay quien, con secundaria incompleta, trabajaba como digitador al servicio de Essalud y se hacía llamar «kevin» cuando era un poco más joven.

Si Brizz hubiera sabido que su vecino estuvo implicado en otra muerte dada en circunstancias similares, años atrás, quizá nunca hubiera aceptado su invitación a «tomar un vino».

En el año 2020 participó de una juerga en la que falleció una mujer. Las investigaciones sobre ese hecho concreto determinaron que la causa fue un paro cardiaco pero, esta y otras actitudes denotaban que Dino tenía problemas con la bebida.

Quizá Brizz tampoco hubiera aceptado la invitación pero, según sus parientes, no pasaba buen momento. Sus familiares indican que la noche trágica del 29 de marzo, antes de partir de la ciudad de Juliaca con rumbo a Ayaviri, tuvo una fuerte discusión con su expareja por la pensión de sus hijos.

Cuando llegó a su cuarto alquilado, eran las 10 de la noche. Fue abordada por Dino y, aceptó beber vino. A la reunión se sumó el vigilante Renato Francisco Quispe Ramos (26).

Dino a la izquierda y Renato, a la derecha.

En la casa también vivían la joven Sylvia Calle Catacora y su novio. Ellos notaron la reunión por las voces y por el volumen alto de la música.

Sylvia y su pareja no podía dormir y, en determinado momento escucharon un golpe seco en la otra habitación a lo que siguió un aumento del volumen.

La situación no parecía pasar de una noche molesta, pero, en determinado momento, Silvia salió al baño y notó que su vecino Dino lavaba una toalla ensangrentada en el baño que compartían.

Dino le dijo que se trataba de su propia sangre pues, según narró en falso, le habían dado un puñete en la nariz. Sylvia presuntó por Brizz y Dino le dijo que estaba dormida.

Sin embargo, cuando se acercó a la habitación escuchó un lamento de mujer a lo que Dino dijo que el llanto se debía a una pena de amores.

Sylvia llamó por teléfono al dueño de la casa, el señor Bernardino Tuni. El varón se dirigió a la habitación de Dino, tocó la puerta y luego entró a la habitación encontrándose con un cuadro aterrador: en el suelo, sin prendas que le cubran la mitad inferior del cuerpo, yacía Brizz completamente ensangrentada.

Cerca de ella, mirándola sin moverse, estaba Dino. Renato se había ido mucho antes. Entonces Sylvia y Bernardino llevaron a Brizz al hospital. Bernadino aprovechó para ir a la comisaría a denunciar el hecho.

Dino fue detenido a primeras horas de la mañana. Renato intentó quitarse toda responsabilidad indicando que se fue antes de que pase nada grave pero su ropa tenía rastros de sangre.

Lo que pasó esa noche en la habitación de Dino fue horrible. La enfermera tenía golpes y marcas en la nariz, las muñecas, los brazos y las piernas, lo que indica que fue reducida por la fuerza.

Lo siguiente es peor puesto que, con la participación de los dos varones, ella fue abusada sexualmente y luego sometida a prácticas aberrantes que implican el uso de un objeto duro con el que hirieron sus cavidades.

El último tramo de colon fue gravemente dañado además del perineo y los otros órganos. La madre y la tía de la víctima interpretaron esto último como un intento de descuartizamiento, sin embargo, las pericias ponen en duda esta suposición.

Otro hecho que fue interpretado como de increíble negligencia fue la recomendación de 15 días de descanso facultativo por parte de un perito, sin embargo, en el mismo documento se advierte que dichas lesiones ponen en grave riesgo la vida la de la paciente.

Con ambos sospechosos detenidos, el 3 de abril, el Poder Judicial dictó 9 meses de prisión preventiva y ambos fueron internados en el penal La Capilla de Juliaca.

Al día siguiente, Brizz fue trasladada a Lima donde fue internada en el hospital Rebagliati. Su estado era grave, había sufrido de shock hipovolémico y no recuperaba la consciencia.

El siete de abril, los médicos le amputaron una pierna para salvarle la vida pero, su estado empeoraba y todo indicaba que no era suficiente.

Este 12 de abril, en horas de la mañana, el personal del hospital comunicó sobre su fallecimiento. Su madre clama justicia. Sus hijos no tenían idea de lo que pasaba con su madre y la ciudadanía pide la pena máxima para los responsables.

Así se fue una víctima más de la insania de algunas personas y una serie de circunstancias que llevaron al peor desenlace.

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