El análisis: Lima no es colonial ni blanca, es provinciana y mestiza; el problema es la prensa nacional

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que, con proyección a junio de este año, la población limeña suma 10 millones 4 mil 141 habitantes de los cuales el 65 % se considera mestizo y 4,7 %, blanco.

Junto a los que consideran mestizos y blancos, existe un 18.7 % que se considera nativo; 4,2 afrodescendiente; 4,2 de otras procedencias y un 3,1 que no sabe.

Es decir que, contra el estereotipo de limeño, los que se consideran blancos son solamente una minoría incluso menor a los que se declaran nativos del Perú.

Casi un tercio nació en provincias

El censo nacional del año 2017 determinó que el 32.79% de los residentes en Lima nacieron en otra región.

Además, se pudo detallar que la mayor cantidad de inmigrantes provienen de Junín que tiene un 3,92 % seguido de Ancash con un 3,02%, Cajamarca (2,612) y Ayacucho (2,19).

Lo más difícil de hallar en Lima es un limeño

Rolando Arellano, un gran conocedor de este tema precisa que menos del 20 % de limeños tienen padres y abuelos de Lima y si se habla de cuatro generaciones el porcentaje prácticamente desaparece.

Para explicarlo mejor, Arellano cuantifica y divide a los migrantes directos, los venidos de otras regiones más los de otras provincias de Lima o el Callao con 36.2 %.

A esto le agrega los limeños de segunda generación con padres y abuelos provincianos que representan en 43.5 % dejando solamente con 12.7 % a los «limeños clásicos» con el 12.7 %.

El problema de su prensa

En este punto surge la pregunta: Si Lima es la ciudad provinciana más grande del Perú y el lugar donde se concentran la mayor cantidad de ciudadanos que se reclaman nativos ¿Por qué parecen opinar tan distinto?

Una pista es la entrevista a la ciudadana Rosario Tafur de 51 años, docente que vive en Chorrillos.

Se le preguntó por sus fuentes de información respecto a lo sucedido en Juliaca el 9 de enero de este año con la muerte por bala y perdigones de 19 personas más la muerte de un policía y otros acontecimientos.

Respondió que toda su información la obtuvo mediante la televisión (Frecuencia Latina, América Televisión y otros). Además tiene como principal referente a Federico Salazar.

Agregó que, por el tiempo ajustado, no pudo acceder a otras fuentes de información que podrían ser, la prensa regional o los medios alternativos.

Por eso para ella, el principal acontecimiento es la muerte del policía y la muerte de un bebé prematuro por «culpa de los bloqueos».

En cambio no sabe de un menor de 15 años que murió de un balazo policial cuando caminaba; tampoco sabe que otra adolescente de 17 años murió de la misma manera.

Según indicó, hubo mucha información sobre los saqueos y actos violentos pero no tanto sobre las víctimas y, finalmente reconoce: » creo que hay distorsión informativa».

No es un caso aislado. Otras personas consultadas informaron de similar manera respecto a sus fuentes de información. Si eso pasa en este caso concreto, es razonable que pase en otros casos de coyuntura nacional.

Contraste imposible

En provincias, lo acontecido es generalmente informado por los medios de comunicación locales y, al ser distinta a lo informado por los medios de comunicación nacionales, el ciudadano puede formarse una opinión crítica de lo que pasa en su región.

De esto se desprende que, hasta hace algunos años, el ciudadano de provincias tampoco podían tener una visión crítica de lo que pasa en otras regiones puesto que tiene como fuente a los medios nacionales de información.

En Lima, por la «captura informativa», la formación de la opinión está a merced de los medios de comunicación aliados con grupos de poder económicos y con grandes intereses en deformar la verdad sobre problemas claves como los conflictos sociales de la minería, los reclamos de provincias y otros.

Aquí una pista sobre la aparente distancia entre «limeños» y «provincianos».