Domingo, 05 de mayo 2024 - Diario digital del Perú

Ciudadanos de Juliaca pusieron en evidencia a policías de civil infiltrados en protesta


J. Carlos Flores Vargas

J. Carlos Flores Vargas
08/01/2023

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El abundante material audiovisual registrado por ciudadanos de Juliaca en las protestas que empezaron el 4 de enero, permitió identificar claramente a una buena cantidad de efectivos policiales infiltrados entre los protestantes.

En la noche de este siete de enero, en la zona conocida como salida a Cuzco de la ciudad de Juliaca, un vecino pudo grabar a un grupo de efectivos policiales de los cuales un total de seis vestía de civil.

Se aprecia en el video que todos ellos arrojan piedras a una construcción y, de hecho, los vecinos graban lo sucedido a través de su ventana rota.

El periodista Abel Villalva recogió el testimonio de vecinos quienes indican que los efectivos policiales disparan a las casas para intimidar a los que quieren registrar sus actos en video.

Delatados por sus propios videos

Hay material audiovisual enviado desde fuentes policiales para mostrar a sus efectivos heridos pero, a la vez, muestran a otra cantidad de efectivos policiales de civil auxiliando a sus colegas.

«Atentados» sospechosos

La pregunta para el comando policial es ¿Cuál era la misión de los efectivos vestidos de civil en la movilización?.

Los ciudadanos tienen su respuesta. Ellos afirman que fueron enviado a incendiar y causar otros desordenes para sabotear la protesta y justificar la fuerte represión.

El incendio de vehículo Casspir es por demás sospechoso pues, este bien fue abandonado a las afueras del aeropuerto Manco Cápac y no fue vigilado por los efectivos policiales o retirado por el avance de los protestantes.

Cámaras de seguridad registraron el momento en que un grupo bien coordinado empieza a quemar el vehículo policial.

Nilda Suca así como otros ciudadanos juliaqueños no dudaron en señalar que algunos de los sujetos captados en el incendio también fueron captaros junto a efectivos policiales en otros escenarios.

Si se aprecian los videos se puede, efectivamente hallar semejanzas en la formad de vestir y el porte entre los filmados, sin embargo, la poca resolución, la distancia y la mala iluminación no permiten una identificación 100 % fiable.

¿Senderista o infiltrado policial?

En horas de la tarde de este siete de enero, en plena plaza de armas de la ciudad de Juliaca, los ciudadanos sorprendieron a un sospechosos que, con pintura roja, escribió lemas alusivos a Sendero Luminoso en la facha de la municipalidad.

Incendio en el Banco de la Nación

Infiltrar efectivos policiales en protestas es una práctica incluso habitual según atestiguan los dirigentes; sin embargo, no hay investigaciones que lleguen al fondo de esta práctica, con excepción del incendio en el banco de la nación.

El diario La República describe el caso así:

Las autoridades judiciales probaron que Vladimiro Montesinos , asesor presidencial del ex mandatario Alberto Fujimori, dispuso el financiamiento de un plan secreto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para generar caos, violencia y muerte durante la jornada de protesta de la “Marcha de los Cuatro Suyos” con el propósito de atribuir los desmanes a los dirigentes de la movilización antigubernamental y descabezar así a la oposición.

No obstante haberse acreditado la participación de Montesinos en la operación de sabotaje , que incluyó el incendio de la sede central del Banco de la Nación, lo que causó la muerte de seis empleados de la institución financiera, el ex jefe de facto del SIN no fue castigado a 30 años de cárcel por el delito de homicidio calificado, como solicitó el Ministerio Público. El ex consejero personal de Fujimori recibió una sentencia de 10 años de prisión por el delito contra la seguridad pública y peculado, de acuerdo con la resolución de la Segunda Sala Penal Especial de la Corte Superior de Lima, del 27 de agosto del 2009.

El Ministerio Público y la Procuraduría del Caso Fujimori-Montesinos interpusieron en el acto un recurso de nulidad contra el fallo. Desde entonces, más de una década después de los hechos, los deudos están a la expectativa de una justa condena.

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