Hospitalizan a turistas por probar el peligroso ‘árbol de la muerte’

Un par de turistas españoles se encontraron al borde de la muerte después de probar el fruto de un misterioso árbol conocido como el ‘árbol de la muerte’, en la ciudad de Cartagena, Colombia. Esta planta, científicamente denominada ‘Hippomane mancinella’, ha obtenido un lugar infame en el Libro Guinness de los Récords como el árbol más peligroso del mundo.

Este árbol notorio se encuentra en diversas regiones costeras que abarcan desde Florida, en los Estados Unidos, hasta Colombia y Venezuela. El ‘árbol de la muerte’ recibe su nombre por una razón evidente: su fruto extremadamente tóxico puede tener consecuencias devastadoras para la salud humana, llegando incluso a ser letal.

El ‘Hippomane mancinella’ se encuentra principalmente en las zonas costeras del Caribe, Centroamérica y partes de Sudamérica, prosperando en manglares, playas arenosas y bosques costeros, donde desempeña un papel crucial en estos ecosistemas.

A simple vista, el fruto del ‘árbol de la muerte‘ tiene una apariencia inofensiva, con un color verde y un aroma y sabor similares a los de una manzana. Sin embargo, su consumo puede desencadenar quemaduras en el esófago, dificultad respiratoria debido al edema en las vías respiratorias, sangrado digestivo e incluso la muerte.

En un video institucional publicado en las redes, Álvaro Cruz, un médico del Centro Regulador de Urgencias de Bolívar, explicó que los síntomas no se manifiestan de inmediato, sino que surgen horas después de haber ingerido el fruto, lo que hace que su toxicidad sea aún más insidiosa.

Este árbol, a pesar de su peligrosidad, tiene algunas utilidades sorprendentes. Su madera, cuando se cosecha y se seca adecuadamente al sol, resulta ideal para la fabricación de muebles, y su savia fue utilizada históricamente para impregnar flechas con veneno por parte de los nativos cuando salían a cazar. Además, la corteza de este árbol podría tener aplicaciones en avances científicos y en el tratamiento de edemas, lo que sugiere que, a pesar de su reputación mortal, el ‘árbol de la muerte’ también tiene su lado beneficioso.