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Covid-19: ¿dioxido de cloro y hidroxi-cloroquinina es medicina o veneno?


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Manuel Alfredo Callohuanca Pariapaza
08/06/2020

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Desde el altiplano peruano más cerca a Dios y lejos del Imperio, donde no tenemos ningún privilegio que defender, nada que ocultar, con un pensamiento crítico y mente limpia para pensar nuestra realidad; en esta oportunidad por la curiosidad y disyuntiva generada de un lado por los defensores de estos compuestos clorados y por otro sus detractores, me puse a averiguar en internet las opiniones tan contradictorias, revisar algunos documentos, recordar el uso de la “cascarilla” o quina para bajar las fiebres altas, escuchar algunos testimonios; con mis limitaciones de no ser especialista en medicina humana, he sintetizado sobre este tema y pueden dar algunas pista que ayuden a dilucidar este problema.

Referente a hidroxi-cloroquinina, un medicamento sintético obtenido a partir del árbol de la quina, se ha utilizado ampliamente y con éxito en la lucha contra la malaria, pero los entendidos afirman que para utilizar contra coronavirus, no es adecuado por sus problemas de seguridad y puede provocar trastornos digestivos como náuseas, vómitos y diarrea, problemas oculares, arritmias cardíacas, psicosis, pérdida del apetito y de peso, incluso sus efectos pueden ser mortales cuando se consume en elevadas dosis. Puede ser grave si se combina con otros medicamentos como la azitromicina. Además en pacientes graves por COVID-19, con déficit de potasio y de magnesio, con fiebre alta puede aumentar el riesgo de arritmias si se usan cloroquina y sus derivados. Esta es la conclusión de sus detractores.

Los defensores del uso de la cloroquina afirman que es una medicina efectiva para prevenir COVID-19, entre ellos es el presidente de EE.UU. Donald Trump y el de Brasil Jair Bolsonaro, quienes afirman estar tomando esta medicina y demuestran que hasta la fecha no han adquirido el virus, a pesar de duras críticas de los especialistas por su uso.

Otro producto que hace varios años está generando polémicas es el dióxido de cloro, que por sus propiedades los han denominado solución mineral milagrosa (MMS), prácticamente las instituciones de salud de EE.UU y Europa, han prohibido su uso como medicina, indican que su consumo puede producir efectos adversos graves como dolor abdominal, náuseas, vómitos, intoxicaciones, insuficiencia respiratoria y hepática, fallo renal, alteraciones en la sangre y ritmos cardiacos anormales y posiblemente mortales. Alertan que están bebiendo legía al consumir MMS.

En caso de dióxido de cloro o MMS, Andreas Kalcker y otros, afirman mostrando testimonios y evidencias que este compuesto efectivamente tiene propiedades para eliminar bacterias, hongos y virus, no tiene efectos secundarios y no es tóxico, puede curar muchas afecciones y enfermedades, entre ellas la malaria, dengue,  diabetes, asma, el autismo, cáncer, esclerosis lateral amiotrópica, incrementa el oxígeno en la sangre y en el pulmón. En caso de COVID-19 muestran que se ha utilizado en Ecuador y Colombia, sanando pacientes con éxito. Consideran su no autorización legal para uso como medicina por interés económico de las grandes transnacionales de los fármacos. En Arequipa y Puno al parecer están utilizando con éxito el dióxido de cloro contra coronavirus, manteniendo en secreto su uso.

En esta disyuntiva a quién creer, muchos seguramente han dejado de utilizar estas medicinas a base de cloro, otros tantos sanaron consumiendo estos productos y el tercer grupo lamenta de no haber utilizado para salvar la vida de sus seres queridos.

Ateniéndome al refrán que dice: “Si el rio suena es que piedras trae”, debe haber algo hay detrás de estos argumentos, debemos desentrañar, porque estamos dotados del conocimiento divino del bien y del mal, aunque está relativamente privatizado el conocimiento científico a través de las llamadas revistas indexadas. Me parece que los de la especialidad de medicina de formar un equipo interdisciplinario de investigación, es hora de romper la dependencia en la generación de ciencia y tecnología, que viene a ser un poder de un estado soberano.

Desde mi punto de vista agronómico, el elemento clave para explicar es el CLORO (Cl), que es un microelemento esencial para las plantas, constituyente del cloroplasto que contiene la clorofila y en el que se realiza la fotosíntesis, la planta absorbe en forma de cloruro (Cl) , conjuntamente con el potasio (K+) controlan el balance hídrico, con el cierre y apertura de estomas, activa varias enzimas, por su efecto antioxidante de sus compuestos bioquímicos previene de enfermedades a las plantas, es un agente osmótico y mantiene estable el pH en el citosol. Generalmente los elementos químicos absorbidos por las plantas, cumplen similares funciones en los humanos pero con mayor complejidad.

Haciendo una revisión rápida del cloro en el cuerpo humano, este anión en forma de cloruro participa en diversas funciones vitales, casi todo el cloro es absorbido a lo largo del intestino y su eliminación se realiza por la orina y sudor, participa en los procesos digestivos se secreta como ácido clorhídrico (HCl) para activar distintas enzimas que ayudan a la digestión; participa en el equilibrio osmótico y en el balance hídrico de nuestro organismo, constituyen electrolitos presentes en la sangre y en otros líquidos corporales (electrolitos: sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, calcio y magnesio), que regulan el funcionamiento de los nervios, músculos y mantienen el equilibrio ácido base metabólica, los riñones contribuyen en mantener este equilibrio; el cloro aumenta la actividad de los citoquinas, prácticamente blindando nuestro sistema inmune de diversas formas, incluso estimulando la secreción de interferones.

Los efectos negativos del cloro que son señalados por los detractores, se refieren a situaciones o estados de hipocloremia y hipercloremia de los pacientes, es decir, en pacientes que les han tratado con bastante suero fisiológico, puede empeorar al suministrarles medicinas clorados produciendo acidosis metabólica y en casos de bajos niveles de cloro, se asocia con el aumento de la mortalidad por problemas cardiovasculares. El cloro se relaciona inversamente con el bicarbonato aumentando una alcalosis metabólica.

En resumen, es importante estudiar las funciones del cloro en nuestro sistema inmune y en el equilibrio homeostático; para suministrarle al paciente sustancias que contienen cloro, previamente se debe determinar el nivel de cloremia; los pacientes afectados por coronavirus con síntomas de diarreas y vómitos, puede que se encuentren en estado de hipocloremia, en este caso un suministro adecuado de MMS puede recuperar rápidamente;  dejar de suministrar suero fisiológico a pacientes con niveles altos de cloro o utilizar sueros neutros; cualquier sustancia es tóxica en considerables cantidades, por lo que se debe determinar su dosis mínima recomendable y la duración.

Quiero recordar que la medicina natural ayuda a enfrentar al coronavirus, este es el caso de la “cascarilla” o “quina” (Cinchona officinalis), estas recomendaciones son fruto de la experiencia de nuestros ancestros. Una alimentación sana y equilibrada también debe tener en cuenta los otros electrolitos.

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