Castillo y Fujimori: votar por el cambio o la mafia organizada
Sería una desgracia para los intereses de la patria que sea elegida presidenta de la república Keiko Fujimori, estaríamos enalteciendo a la mafia y al crimen organizado, representaría izar la bandera de la corrupción en el mismo Palacio de Gobierno, sería menospreciar el trabajo impecable de los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, que se han venido enfrentando estos últimos años a los cuellos blancos y la organización criminal de la señora K. Si esto sucediera a nivel internacional, nos mirarían como el país más ignorante y desmemoriado.
La derecha peruana, utiliza su brazo mediático para santificar a la hija del delincuente y dictador Alberto Fujimori, la gran mayoría de los medios de comunicación de Lima; actúan como las oficinas de Relaciones Públicas del partido político Fuerza Popular.
Se olvidaron de que la candidata naranja, Keiko Fujimori ha estado en prisión preventiva por delitos de corrupción y gracias a sus amigos del Tribunal Constitucional y aprovechándose de la pandemia salió en libertad. Tratan de hacernos olvidar a la población que la hija del patriarca Fujimori tiene un proceso judicial pendiente, donde el fiscal José Domingo Pérez, ha solicitado al Poder Judicial 30 años de prisión por delitos de corrupción, crimen organizado, lavado de activos y obstrucción a la justicia.
Hay una campaña feroz en contra del candidato Pedro Castillo, lo han tildado de terrorista, senderista y muchas veces de ignorante. Hay un desprecio por las propuestas de cambio, no está permitido hablar de una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución Política del Estado, menos renegociar los contratos ley con las empresas transnacionales que explotan el gas y la minería, pretender cambiar el modelo económico, es un delito para la prensa que sirve a la derecha, representa el comunismo y la desgracia.
Todos se han unido a la banda de la señora K, la derecha ya no recuerda, la dictadura del decenio de los 90, no les importa la matanza de los estudiantes de la cantuta, los crímenes de barrios altos, el saqueo de las arcas del estado por parte del fujimorismo, ya no recuerdan la compra de encuestadoras, medios de comunicación, por parte de Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori, ya no es importante la obstrucción desde el Congreso de la República cuando el fujimorismo tenía 73 congresistas y no dejaba gobernar a PPK. Todo está bien para la derecha, Keiko es la candidata que defiende la “democracia y la libertad” y sobre todo defiende su estatus quo.
Esta semana se ha sellado la alianza entre Pedro Castillo y Verónica Mendoza, seguro fortalecerá a la unidad de la izquierda, asimismo pretende mejorar las cifras en Lima y también dotar de un equipo técnico al candidato del lápiz. La izquierda no tiene el aparato económico, menos su brazo mediático, solo queda la unidad popular, la unidad de los sindicatos profesionales, organizaciones campesinas y cocaleras, la fuerza de las federaciones universitarias y colectivos sociales, la unidad y la movilización de todos aquellos que se rehúsan a ser gobernados por una mafia organizada.