Argentina, ¿foco de una nueva crisis económica?
Las autoridades argentinas están luchando contra una nueva crisis monetaria. Actualmente, es el segundo país más afectado por la crisis en Latinoamérica, después de Venezuela, cuyos problemas son, por supuesto, mucho más graves, observa Arina Koroliova, columnista del diario Expert Online.
Desde comienzos del 2018, Argentina ha sufrido una importante devaluación del peso. El 3 de mayo, el Banco Central Argentino volvió a elevar su tasa de interés, lo que provocó una abrupta caída de la cotización del peso —hasta 23,30 por dólar—.
Al evaluar la situación histórica en Argentina desde el comienzo de la década del 2000, se observa que, de hecho, la crisis económica nunca ha terminado, sino que ha tenido etapas de debilitamiento y crecimiento, explica Maxim Jaritónov, director general de la empresa de inversiones Jaritonov Capital, citado por la periodista.En 2001, en Argentina se produjo el mayor ‘default’ del mundo. El país anunció su incapacidad de pagar deuda externa por un monto de 95.000 millones de dólares. Las autoridades decidieron reestructurar la deuda a largo plazo. Así, los viejos valores de deuda se canjearon con un descuento y con vencimiento en el año 2033.
Sin embargo, no todos los acreedores del país hicieron concesiones. Los tenedores del 7,6% de la deuda compraron valores en mercados extranjeros para obtener ganancias rápidas, y comenzaron a presentar demandas contra Argentina en tribunales internacionales para que pagara sus deudas.
Bajo esta presión, el país se acercó al segundo ‘default’ y otras crisis sistémicas, de las cuales no ha salido hoy. Un crecimiento económico bajo, una inflación alta, así como la política de austeridad, introducida por el presidente Mauricio Macri en 2015, no permiten a Argentina dar un paso hacia adelante, opina la autora.
Debido a la nueva emisión de títulos de deuda, el país mantiene la condición de deudor perpetuo, y puede resolver solo parcialmente los problemas actuales de la economía, que incluyen, ante todo, el déficit presupuestario, la inflación y la caída del PIB, indica Maxim Jaritónov.
«La falta de industrias nuevas, competitivas y de alta tecnología en el país, junto con la existencia de monopolios tradicionales, dependientes de los subsidios estatales, obstaculizan el avance económico», subraya la columnista.
«Los problemas de la década del 2000 siguen acechando al país. Por lo tanto, para tratar con ellos, quizás valga la pena mirar hacia el pasado y llevar a cabo reformas duras, especialmente en el sector bancario, sin tener en cuenta al FMI, para que el Gobierno obtenga palancas reales en la política monetaria», concluye la autora.
El Gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de reducir medio punto porcentual el déficit primario estipulado para este año a fin de «ratificar el rumbo de la política fiscal» y «generar un ahorro sobre las finanzas públicas de 3.200 millones de dólares», anunció el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.