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Argentino ahorró y entrenó un año para llegar a Machu Picchu en bicicleta


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ANDINA
06/01/2020

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El suarense Darío Salotti partió de su ciudad natal el 8 de diciembre para pedalear 6,000 kilómetros en seis meses y llegar a Machu Picchu.

El argentino Darío Salotti se hizo una promesa para festejar sus 50 años: hacer un paréntesis laboral de seis meses en su actividad como comerciante para unir su ciudad natal, Suárez, con Machu Picchu, Perú, en bicicleta.

Tras ahorrar y entrenar durante un año para cumplir el sueño de tener una experiencia espiritual partió de la provincia de Suárez el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción. Su meta es pedalear 6,000 kilómetros en no menos de seis meses. 

El comerciante suarense Darío Salotti eligió Machu Picchu porque lo considera un lugar con muy buena vibra.

“La vida pasa, pasa, pasa y cuando uno quiere acordarse ya está jubilado y no tiene el físico o la salud para hacer un viaje de este tipo en bicicleta. Por eso, a todos les digo, si tienen un sueño, traten de cumplirlo de alguna manera”, recogió el diario La Nueva.

Contó que eligió Machu Picchu, una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, porque «me pareció un lugar con mucha energía, de muy buena vibra. Podría haber hecho la ruta 40 y listo, pero creo que a los 50 [los cumplirá el 17 de noviembre] llegaré a la cumbre de la montaña; necesito cargar energía para tener buena vibra lo que me reste de vida».

En este momento se encuentra en San Fernando del Valle de Catamarca y lleva recorridos 2,100 kilómetros visitando los pueblos más remotos de Argentina, disfrutando de los paisajes que aparecen en el camino y recibiendo la hospitalidad de la gente. Según su plan de viaje, aún le falta recorrer Bolivia, Chile para finalmente llegar a Machu Picchu.

Partió el 8 de diciembre, con el apoyo de su familia (su esposa Yanina y sus hijos Martina y Bernabé), amigos y vecinos de la comunidad que fueron a despedirlo y alentarlo con carteles. Le llevó un año planificar esta aventura que está llevando a cabo con ahorros personales.

Si bien es ciclista de toda la vida es su primera experiencia como ciclo-viajero o ciclo-turista, como se define ahora.

Primer desafío

Cuando empezó a pensar en hacer este viaje estaba excedido de peso, por lo cual uno de los primeros desafíos fue con la balanza. 

Debió cambiar de hábitos alimenticios y entrenar duro. La primera transformación visible fue esa: pasó de 100 kilos a 80 en unos meses y logró mantenerse todo el año. 

Durante un año entrenó pedaleando entre 80 y 100 kilómetros por día para prepararse físicamente para la aventura.

“Soy una persona común, un trabajador, un comerciante y pude organizar la vida y el trabajo para tomarme estos seis meses y cumplir un sueño. Uno no es indispensable”, remarcó el suarense quien desde hace 15 años lleva adelante Rancho Eventos, un salón de fiestas reconocido en su ciudad.
“Le dije a mi señora que quería hacer un alto laboral para este viaje y me siento muy feliz, muy fuerte. Es la primera vez en la vida que paso las Fiestas lejos de mi familia”, confió.

Su idea era recorrer 6,000 kilómetros en 6 meses sobre dos ruedas a una velocidad de 20 o 25 kilómetros por hora. «En la bicicleta vas muy despacio y conociendo mucha gente, viviendo experiencias. Es una aventura. Conocés costumbres, comidas, vivís la hospitalidad», dijo.

Para este viajero, lo más impactante del recorrido ha sido ir conociendo la ruta metro por metro sin perderse lo que hay a los costados, resaltó el diario La Nueva

Otra situación que le llamó la atención es que cada vez que ha necesitado algo, eso aparecía. “No viví anécdotas locas, pero te vas sorprendiendo minuto a minuto», contó.

«Te pasa ir por la ruta exhausto, con mucho calor y viento, y necesitar un espejo de agua, un charquito o algo, y Dios te lo da. Por ahí necesitaba darme un chapuzón y a los dos kilómetros tenía una ría, un canal o una acequia”, dijo.

“En mi familia al principio me decían que estaba loco por hacer semejante viaje pero después fueron entendiendo el mensaje que quise darles «, concluyó.

En busca de un nombre

Todavía no surgió un nombre para su bicicleta pero la considera su casa. Allí tiene todo: ropa, comida y elementos de comunicación.

El argentino Darío Salotti considera a su bicicleta su casa y posee alforjas traseras y delanteras. Con ella recorrerá Bolivia, Chile y Perú.

Es un vehículo standard, rodado 26, que en algún momento preparó para competición. Le hizo un portaequipajes a medida y le incorporó un doble manillar para viajar en distintas posturas.

Posee alforjas traseras y delanteras. Está preparada para transportar 8 litros de agua de reserva para hidratarse y cocinar. 

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